Todas esas sensaciones de carencia, desprotección y daño, de desvalorización y de exclusión, para el yo son muy reales. Son una posibilidad para empujarnos hacia una buena moraleja pero el yo no saca moralejas, solo saca acumulación de agravios, de reproches, daños y trauma. El ejemplo de kung fu donde van a comprar arroz y alguien les dice vayan por aquí porque por allí hay ladrones, van por alli y son robados, al llegar al monasterio y les preguntan la moraleja, el yo dirá que la gente es mala, que hay que desconfiar de extraños, que pasarán hambre, etc esas son las moralejas que el yo saca pero esas no son las moralejas si tenemos una mente simbólica- Con una mente simbólica sacaremos una conclusión de esperar lo inesperado, de hacernos ver porque nos pegoteamos con el otro y cambiamos de ruta, de qué hago con esa persona- Me abre preguntas. ¿Qué he hecho yo para que la secuencia fuera así? Es decir que el registro simbólico se interesa por explorar estructuralmente mientras el yo se interesa por la energía. Lo energético mueve más. Tanto en el víctima materialista se queda con lo real (carencia, daño, desconfianza) y en el polo yo espiritual es quedarse culpándose a sí mismo de la impureza del humano, de la sensación de que el mundo no es puro pero es la misma conclusión. Se queda polarizado en buenos y malos en lugar de conectar con ese espacio de que aprendo de esto, cuando me encuentre en otra situación voy a ir a ese programa de carencia o preguntarme, hacerme una pregunta para conectarme con el espacio inconsciente del vacío para que me diga que tengo que hacer delante de esa situación y dar respuesta.. Es decir que si tenemos un registro Imaginario, simbólico y real, el simbólico está interesado en conectividad, el 7 es nada todo, 6 infinitas posibilidades y 5 como se estructuran esas infinitas posibilidades en ecuaciones, códigos, mitos.. Toda realidad 1 evidencia que tengo en el simbólico, y el simbólico rige la generación de mi realidad.
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