Videojuegos. Toda esta adicción a los videojuegos nos pone en contacto con el mundo virtual y nos interroga de cómo está nuestro contacto con el mundo real. Si consideramos que el mundo real es una proyección de mis creencias, del registro imaginario y observamos que en el imaginario individual y en el imaginario colectivo dice que trabajar es un rollo, que las obligaciones son pesadas, que hacer cosas todos los días igual es un rollo; entonces ese imaginario lo que genera es un real cargoso, que te impone, en el que uno se siente atrapado, esclavizado. Pero este imaginario es una opción de tomarse ese potencial y ahí está para que exploremos más posibilidades.. Entonces vivamos nuestra vida como un juego, un juego de expandir conciencia que implica desarrollar un juego de estrategia, un juego de habilidad, un juego en que nos entusiasma encontrar las estructuras de algo. Ese algo sigue una secuencia, algo que inicia, algo que me va a poner un impedimento, necesidad de recursos a reconocer, a valorar, a poner a prueba ya que elijo hacer un desarrollo, y en el último momento el paso final para concluir y sentirnos satisfechos..
