Encontrarme, Encontrarnos.
Según la sensibilidad que tenemos de encontrarnos, así son nuestros conflictos.
Los conflictos llaman nuestra atención.
Esta atención puede quedar atrapada en el yo que la usa para oponerse, para resignarse, para distraerse.
Para oponerse, la atención se usa en combate hacia afuera, mira como es de injusto, de molesto, de desconsiderado, de….y es el culpable de mi malestar.
Para resignarse, la atención se usa para quejarse, victimitizarse en “fíjate qué desastre”, “mira lo
mal que lo hago”, “mira que no voy a poder”.
Para distraerse, la atención se malgasta viendo películas, redes sociales, teniendo conversaciones,
preocupaciones sin propósito.
El circuito para encontrarme sería usar esa atención:
En el yo que se opone, esa atención sería el motor de la exploración la lógica de esa situación
injusta, molesta y ampliaría su comprensión de la complejidad de la realidad, la complejidad en las
multidimensiones y instancias internas, psicológicas, biológicas,…
El yo que se resigna, esa atención sería el motor de reconocer y asumir lo que falta, la incomplitud,
la frustración, la incertidumbre, la vulnerabilidad,…
El yo que se distrae, esa atención sería el motor para enfocarse, para dejar de ser consumidor pasivo a reconocerse participante activo que genera la realidad y toma la responsabilidad de la creación de su vida.
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