Estamos en una revolución del mundo y un aspecto que ha cambiado en las últimas décadas es el tema de la pareja y no pareja.
Debido a lo insatisfactorio de las parejas en las generaciones anteriores: aguantarse resignadamente, infidelidades ocultas, violencias manifiestas, rechazos, ninguneos, desprecios, hijos para aguantar la pareja, solterías mal vividas y mal vistas,… Se quiere dar nuevas respuestas.
Para ello, el yo que quiere cambio, se va a la otra polaridad. Ahora la moda es no aguantar nada, abrir la pareja para normalizar la infidelidad, para evitar violencias se rompe y se evita formalizar pareja, el rechazo, el ninguneo y el desprecio por el otro es vestido de libertad, de amor, de respecto, de valores que el crecimiento personal imperante valida…
Las parejas seriales ( una después de otra), el poliamor, el no compromiso junto a la inestabilidad económica, laboral, las tendencias de crecimiento personal “enfocadas a tu primero”, propician a que se vive más en soledad.
Las aplicaciones para encontrar parejas crean un contexto de facilidad de encuentro, de relaciones sexuales, de engaño. El selfie y la descripción corta muestran tal cualidad que después en persona genera desilusiones.
Qué hay detrás de todo esto?
Preguntas que quieren encontrar respuestas.
Para qué estar con alguien?
Para qué y con qué me comprometo?
Qué es el amor?
Qué es el sexo?
Cuáles son los fundamentos de una pareja y de una no pareja?
Todos tenemos pareja. Todos estamos solos.
La soledad es un estado de convertirnos en Soles. Los soles no se hacen sombra. Cada uno tiene una luz singular que ilumina al otro y le propulsa en su brillar.
Cuando el amor, la sexualidad se viven en autorreferencia, el/lo que te es pareja, te apareja con la coherencia de quien eres.
