Descripción

Ante una sentir de límite, Algo debes limitarl

RegularNos es Excelente.

La mente precaria, compulsiva, reactiva percibe en absolutos, en blanco y negro, en ataque/huida, en contra o a favor, en lo que yo quiero o lo que el otro quiere, esto o lo otro, o soy la mejor o la peor;  si esto que he dicho está mal, entonces ya no hago nada; si esto no te ha gustado, es que no lo he  hecho bien o tú no sabes. Estos son ejemplos de interpretaciones que violentan el vincularnos y que nos hacen sentir que alguien o algo me limita; a quien odio( me percibo atacado y justifica el ataque de vuelta)  o me siento incapaz y me limito replejándome en depresión, aburrimiento, aislamiento.

Estos límites son las estrategias del yo para justificar el No crecimiento, con el berrinche, rompe la baraja o no juega.

Es la reacción inmadura e infantil del bebé Majestic de baby, el rey de la casa, el dios chiquilín que con su pataleo para todo y consigue todo, por miedo, por sobresalto, por desborde, por imprevisto, por si acaso. Ese bebé es la excusa para que esos adultos se limiten. Ya no pueden hacer cosas porque tienen el bebe. Así se repliegan en la célula narcisística. ( el bebe que limita es el hijo, el jefe, la pareja, la crisis global,…).

La función paterna es quien corta el monopolio de la célula narcisística y la tiranía,  de aquello que se presenta como absolutamente condicionante.

Esta función paterna, castra a la madre y frustra al bebé.

Castra a la madre imaginaria que cree haber generado al hijo y que la confunde creyendo que el hijo es suyo, para su satisfacción. Para que cubra su falta y le dé satisfacción. Convirtiéndolo en su objeto de deseo (una posición excepcional). Para el hijo salir de ahí, es renunciar a ser todo para ella. Por eso si en la práctica la madre y bebe están unidos por dinámica amorosa, no querrá que se rompa y si su dinámica es de odio el hijo queda pegado hasta que la satisfaga. Así tanto en dinámica amorosa o de odio quedan pegoteados de por vida,.. o por muerte. ( esta estructura se repite en el trabajo, en la famila, con los amigos,…)

La castración para Lacan es simbólica e implicaría la ley que viene a romper la ilusión de creerse poseedor de una omnipotencia imaginaria provista por el falo imaginario.

Lacan define a la frustración en tanto falta como una lesión o daño imaginario, cuyo agente es simbólico y real. El agente es doble pues propone dos vertientes de esta forma de la falta: por un lado, la frustración de amor, por el otro, la frustración del goce.

Asumir esta castración y esta frustración son los límites que propulsan.