Después del 2018, un año asimila, siguen 2019 y 2020 como año desafia y de Actualización. Todos hemos sentido los grandes cambios que se sienten en lo particular y en global de la Tierra. Para ello, podemos tomar a 2019 como la preparación al 2020 y para aprovechar el proceso y funcionalizarlo en nuestro día a día:

  • Hacerme cargo: dejar de hacerme cargo de algo que ya está obsoleto y hacerme cargo de lo qué sí es hora de tomar.
  • Honestidad brutal.
  •  Baño de Realidad. Qué realidad tienen las verdades y las mentiras que me he dicho y que dice el sistema.
  • Asumir las emociones, todas.
  •  Asumir la desvalorización como punto de partida para ser capaz en el desarrollo de habilidades.
  •  Resignificar al Padre y Madre internos y las experiencias que programaron, para reconocer el potencial que está en curso.
  •  Desvelar las fantasías, las ilusiones.
  •  Tomar el contexto de la vida como el escenario para materializar Realidades que nos representen.
  •  Dejar de esperar que el mundo se acomode a mi, si no acomodarse para hacer el mundo que uno espera.
  •  Descubrir con el conflicto, desde dónde se genera y para qué.
  • Asumir la muerte y el desmantelamiento de las estructuras imperantes que están obsoletas y permitir su renovación que implica una comprensión y una toma de responsabilidad en cómo se genera la realidad.

Esto que es general se puede escenificar en distintas áreas de la vida:

– Desmantelamiento de mi autoimagen, de mi personaje, mi identidad. Tanto si esta imagen me representa o no, para tomar el desafio de ver aquello que no reconozco de mi, a través de abrirme, de escuchar, de conectarme intimamente con el otro.

– Desmantelamiento de mi relación con lo material, el dinero, de lo que Vale/Valgo. Deconstruir el sobreprecio que me carga y la desvalorización que me desaprovecha. El desafio es ver los miedos, las carencias emocionales que se han vestido de orgullo, de codicia, de rencor, de celos, de posesividad, de destructividad, de drama, de trauma para resurgir con el valor y la valoración propia, de los demás y de los recursos.

– Desmantelamiento de mi manera de comunicarme y pensar, de expresarme, de considerarme tonto o brillante, de mis ideas y comprensiones, de no tener respuestas y ver cómo las relaciones de la infancia como hermanos o amigos de la infancia son el escenario para ver nuestra comunicación condcionada. El desafio abrirme a ampliar mis persepctivas, integrando las distintas bandas (fisicias, emocionales, lógicas, personales, interpersonal, transpersonal) y que sean conectadas con la intuición del instante y así regenerar la relación con el pasado.

– Desmantelamiento de todo lo que representa mi hogar, mi familia, mis ancestros, mi linaje. Un momento de sentirme traicionado, decepcionado, para quedarme solo y desamparado por descubrir secretos y sombras familiares. Asumir los traumas con todo el dolor del clan. Ver de qué me hecho cargo que tengo que soltar y qué asuntos familiares tengo que asumir por ser mi responsabilidad. El desafio salir de nido para construir realidad propia y madurar.

– Desmantelamiento de todas las trabas, verguenzas para ser creativo, de las inhibiciones a jugar, a exponerme y de todas las vanidades y frivolidades como compensación al miedo a no ser visto, a no ser reconocido y a fracasar. El desafio es expresarse con miras más amplias del ideal de la identidad para conectarse con lo genuino, autentico, innovador.

– Desmantelamiento de lo que considero autocuidado, salud, hábitos de comida, de ejercicio, de rutinas, y de todo lo que trato de controlar para que sea perfecto, ordenado. El desafio es que este cuidado sea profundizando en lo interno, en una ecología de interconexión; donde el control es conciencia de vínculo, de amor impersonal y de unión.

– Desmantelamiento de la pareja y las relaciones uno a uno. Me relaciono con el otro por seguridad, por control, por valores, por evitar la soledad. Me pierdo en el otro pretendiendo llenar sus necesidades o me miro el ombligo y pretendo que el otro me complete, me haga feliz. Qué patrón tengo con las parejas. Qué pretendo tener con la pareja actual mientras estoy con resentimiento con las anteriores. Cómo me relaciona con el otro. El desafio es una relación con otro en que cada uno brille, donde se rompan las ilusiones, los romanticismos, las complitudes, las expectativas para una relación de dos adultos o de un adulto que asume la soledad como escenario para establecer una relación íntima con las propias necesidades y potencias.

– Desmantelamiento del drama, del trauma, de los abusos y represiones sexuales, de todas las emociones tormentosas como la angustia, el resentimiento, el odio; de la manipulación, de la autodestructividad, de la muerte, de las adicciones, del maltrato, de la posesividad, de la impotencia, de la desesperación. El desafio es transitar el infierno para que en esa muerte, emerja la estabilidad de lo orgánico, la conexión de las necesidades enraizadas de lo simple de la vida y el disfrute de lo natural.

– Desmantelamiento de mi sentido profundo de la vida, de mis dioses, de mis valores, de mi verdad, de mis gurus, de lo sagrado que abre una decepción, desilusión, depresión, resentimiento, nihilismo, una crisis existencial que me deja con y ahora qué le da sentido a mi vida. El desafio es desdogmatigarme, viajar o dejar de viajar, en todos los sentidos, emprender, hacer un proyecto propio, desarrollar habilidades para transitar verdades relativas y en esa implicación práctica entrar en contacto con la frustración que traera madurez por desarrollar comunicación interna y externa y ideas y comprensiones de cómo funciona la realidad.

– Desmantelamiento de mi labor profesional, de mi relación con la autoridad, de mi aporte a lo social para ver que lo que he construido es un trabajo rígido, exigente, fiel al linaje familiar que no me representa ya o es una oportunidad para desarrollar maestria y ser mi propia autoridad. Para ello ir hacia adentro, para que este aporte venga de las entrañas más íntimas de la autorreferencia precisa y tierna.

– Desmantelamiento de mi grupo social, de esas amistades que son como familia y de sus ideales, ideologias por un mundo mejor y alternativo, y que tanto a dado su sentido de pertenencia y de diferenciación a lo establecido y ahora caen porque se han convertido en luchas y enojo contra la sociedad misma. El desafio es un replanteamiento profundo de esa diferenciación de una manera individual, sea porque esa diferenciación se ha quedado como oposición sistemática al sistema que orquestra mi vida o por tomar la libertad de tambien hacer lo mismo que todo el mundo de una manera original como el valor añadido que aporto a la sociedad.

– Desmantelamiento de todas mis cargas, los dolores y los miedos inconscientes, de la vida antes que yo naciera (del linaje humano y familar) y de la vida intrauterina. Todo lo que desborda, angustia, encierra, enferma, enloquece. El desafio es generar circuitos, canales de autocuidado, de desarrollo de habilidades prácticas, de orden, de ver como optimizar y funcionalizar lo que falla.

Feliz año 2019

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